Tipos de quemaduras según el agente causal:
Es evidente que el fuego es la causa más común de quemaduras. Sin embargo, existen clasificaciones alternas de las quemaduras en función del agente que las ocasiona:
- Líquidos calientes (escaldaduras)
- Sólidos calientes (quemaduras por contacto)
- Electricidad
- Radiación
- Agentes químicos
Independiente de la fuente de calor que ocasione la quemadura, localmente, el efecto es el mismo: la energía térmica causa necrosis coagulante de la epidermis y tejidos más profundos de la piel. Las quemaduras químicas y eléctricas, además de causar necrosis coagulante, pueden causar una interrupción directa de las membranas celulares.
En toda quemadura se pueden reconocer tres zonas concéntricas de lesión en y alrededor de la piel quemada: zona de coagulación, zona de estasis y zona de hiperemia. La profundidad de la quemadura se determina en función de la profundidad del daño a la piel y esta clasificación es importante (1ero, 2do y 3er grados) porque ayuda a seleccionar la terapia y determinar el pronóstico. Según la Asociación Americana de Quemaduras, esta clasificación de tres categorías es la que ayuda a establecer las pautas para el tratamiento y para emitir un pronóstico.
Zonas de una quemadura:
En 1947 se describieron por primera vez las tres zonas de una quemadura, a saber:
Zona de coagulación: esto ocurre en el punto de la quemadura donde se produjo el daño máximo. En esta zona hay pérdida de tejido irreversible debido a la coagulación de las proteínas constituyentes.
Zona de estasis: esta zona se caracteriza por una disminución de la perfusión tisular (paso de líquido a través del sistema circulatorio o linfático a un órgano o tejido, generalmente en referencia a la entrega de sangre a un lecho capilar en el tejido). El tejido de esta zona es potencialmente salvable. Por ello, el objetivo inicial es la resucitación de fluidos para evitar que cualquier daño se vuelva irreversible. Otras afectaciones adicionales, como hipotensión prolongada, infección o edema, pueden convertir esta zona en un área de pérdida completa de tejido.
Zona de hiperemia: en esta zona externa aumenta la perfusión tisular. El tejido aquí invariablemente se recuperará a menos que haya sepsis grave o hipoperfusión prolongada.
Estas tres zonas de una quemadura son tridimensionales, y la pérdida de tejido en la zona de estasis llevará a que la herida se profundice y se ensanche.
¿Por qué es importante evaluar una quemadura antes de tratarla?
Comprender la fisiopatología de una lesión por quemadura es importante para un manejo eficaz de la misma. Además, diferentes causas conducen a diferentes patrones de lesiones que requieren un manejo diferente. Por lo tanto, es importante entender cómo se causó una quemadura y qué tipo de respuesta fisiológica inducirá.
Un buen manejo inicial de la quemadura es lo que determina una evolución positiva. Una evaluación integral del paciente con quemaduras, conjuntamente con la aplicación de técnicas de exploración y valoración de la sensibilidad, del tipo de tejido expuesto y de los signos y síntomas que presenta, permite un correcto abordaje de la lesión y una posible derivación oportuna a servicios más especializados, de los que el paciente se puede beneficiar. Asimismo, la detección y corrección de complicaciones surgidas durante la evolución de la herida, mediante la aplicación de los diferentes tratamientos mencionados, promueve una cicatrización favorable.
En el caso de quemaduras de primer y segundo grado que pueden tratarse de forma ambulatoria, lo ideal desde la primera cura es acudir a servicios especializados en el tratamiento de quemaduras, ya que estos centros disponen de recursos de tecnología avanzada, entre los cuales están los apósitos de cura en ambiente húmedo que promueven la epitelización, previenen la deshidratación y contienen agentes antimicrobianos de amplio espectro que crean una barrera protectora.
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